El cuerpo de las mujeres

Vi este video y, dentro mío, donde había una certidumbre que pasaba más o menos desapercibida apareció una interrogante.
Es evidente que desde los medios de comunicación se presiona sobre las mujeres para que adopten modelos de belleza alienantes. Pero, ¿qué posición adoptar como hombre? Lo moralmente correcto es desear que las mujeres sean auténticas, cada una fiel a su singularidad. Sin embargo, ¿qué hacer con el deseo de verlas a todas delgadas, con senos firmes y grandes, piernas largas y una cola parada y generosa? ¡Ese deseo existe! No queda otra que reconocerlo. Y si una fuerza mueve a las mujeres a idealizar esos rasgos, quizá los hombres salgamos ganando con todo esto.


En este video se muestra cómo las imágenes de la televisión dan forma a los ideales de belleza femenina que aplastan la autenticidad de las mujeres. Y aquí va el interrogante, una pregunta para los hombres: ¿cuán auténtico es, por nuestra prate, aquel deseo por la imagen de mujer que transmite la televisión?


Lo que a muchos hombres nos atrae, nos atrae: cuerpos, culos y tetas como los que salen en la tele, y para qué negarlo. Pero, ¿de dónde viene esa atracción? ¿Habrá para cada hombre rasgos desconocidos de la mujer que, si acallara la estridencia del bombardeo mediático, lo atraerían a ella de modo más personal y verdadero?


Comentarios

Polanesa ha dicho que…
Fuoh... está muy bueno el video, bastante deprimente a decir verdad, jaja, pero está muy bien hecho para generar consciencia.
El modelo de belleza femenina va cambiando con el tiempo. Así como en el Paleolítico parece ser que se consideraba ideal la Venus de Willendorf, o como a principios de siglo XIX, Jane Austen escribía que se consideraba más elegante la palidez de Miss Bingley que la piel bronceada de Elizabeth Bennet, ahora la totalidad de los medios de comunicación nos aclaran que lo que importan son los culos y las tetas (y, al parecer, la piel aceitada).
El problema es que los medios de comunicación son muchísimos y atacan por todos lados. No se limita a Tinelli, clásico de la prostitución explícita televisada para disfrutar en familia. Ningún programa de entretenimientos puede carecer de bellísimas mujeres semi en pelotas que simplemente están ahí, inútiles, decorativas, para dar color al paisaje. Las publicidades de cerveza, de desodorante (dejemos de lado los yogures y productos de limpieza para no irnos al carajo), denigran continuamente a la mujer. En las revistas de cualquier tipo, sea la Maxim, la Cosmopolitan o cualquier otra, el photoshop hace inhumanas a las mujeres. Pero tan difundido está que cualquier mina que se mira un segundo al espejo, se cree que algo mal tiene, porque no puede sonreír sin que se le formen bolsitas debajo de los ojos, o porque no logra dar con la curvatura adecuada de su cintura.
Hasta en la radio tenés a Matías Martin conduciendo un programa que por ahí está bueno (hace mucho que no lo escucho, en una época era cosa diaria), pero no puede evitar cada vez que llama una mina preguntarle sus medidas, cosa que no hace con los hombres (eso ya sería raro), porque diga lo que diga una mujer, lo principal es saber cómo luce.
Qué se yo, siempre me llamó la atención esa idea de que para una mujer lo que encuentran más atractivo en los hombres son esas pequeñas imperfecciones, y para el hombre, todo lo contrario, lo más atractivo es la perfección de la mujer. ¿Viste que, en general, los grandes galanes se van poniendo más lindos cuando van madurando, en cambio las mujeres exponentes de belleza, se van alterando quirúrgicamente? Es terrible ver cómo van perdiendo esas pequeñas cosas que las caracterizaban, para al final verse todas iguales, sin expresión, reconstruidas a partir del mismo molde.
Me estoy yendo de tema, pero es que se trata de algo tan difundido y tan naturalizado que me desespera, jaja. Pero para resumir, creo que lo jodido de todo esto, no es el deseo de los hombres ni la autenticidad de las mujeres, que cada cual puede hacer lo que quiera con lo suyo, sino la percepción que tiene la mujer de sí misma, tanto individual como socialmente. La frustración constante de no poder llegar a aparentar lo que todos pretenden que aparente, como esa idea absurda de que si es linda, si tiene buen cuerpo y demás perfecciones, no necesita nada más para ser alguien, porque ese es el objetivo último de toda mujer: sentirse deseada. Y aunque su objetivo sea otro, lo va a lograr mucho más fácilmente con una buena figura. Un garronazo.
En fin, perdón por la extensión del asunto este. Anduve pispeando otras cosas de tu blog y me gustaron. Así que capaz que paso más seguido.

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