lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 27 de mayo de 2012
El cuerpo de las mujeres
Es evidente que desde los medios de comunicación se presiona sobre las mujeres para que adopten modelos de belleza alienantes. Pero, ¿qué posición adoptar como hombre? Lo moralmente correcto es desear que las mujeres sean auténticas, cada una fiel a su singularidad. Sin embargo, ¿qué hacer con el deseo de verlas a todas delgadas, con senos firmes y grandes, piernas largas y una cola parada y generosa? ¡Ese deseo existe! No queda otra que reconocerlo. Y si una fuerza mueve a las mujeres a idealizar esos rasgos, quizá los hombres salgamos ganando con todo esto.
En este video se muestra cómo las imágenes de la televisión dan forma a los ideales de belleza femenina que aplastan la autenticidad de las mujeres. Y aquí va el interrogante, una pregunta para los hombres: ¿cuán auténtico es, por nuestra prate, aquel deseo por la imagen de mujer que transmite la televisión?
Lo que a muchos hombres nos atrae, nos atrae: cuerpos, culos y tetas como los que salen en la tele, y para qué negarlo. Pero, ¿de dónde viene esa atracción? ¿Habrá para cada hombre rasgos desconocidos de la mujer que, si acallara la estridencia del bombardeo mediático, lo atraerían a ella de modo más personal y verdadero?
sábado, 2 de abril de 2011
domingo, 20 de marzo de 2011
lunes, 1 de noviembre de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
domingo, 4 de julio de 2010
lunes, 12 de abril de 2010
viernes, 9 de abril de 2010
Desamparo y coraje
Lo primero que hice esta mañana fue tomar la computadora y fijarme si tenía algún mail en mi bandeja de entrada, algún mail de una admiradora secreta. Pero mi bandeja estaba vacía. Me quedé remoloneando sin éxito en la cama hasta que tomé de nuevo la notebook y busqué en youtube la canción ‘Adiós Nonino’ de Astor Piazzola. Encontré una versión del propio Piazzola con una orquesta alemana que me pareció sublime. Busqué en wikipedia algo de información sobre el nonino de la canción y me enteré de que se trataba del padre de Astor, fallecido cuando éste tenía 39 años y estaba de gira por Centroamérica. Concluida la gira Astor Piazzola volvió a Nueva York en donde vivía circunstancialmente con su familia. De ese momento su hijo Daniel Piazzola (que por entonces era un pequeño) relata lo siguiente:
jueves, 1 de abril de 2010
Falta amor
miércoles, 31 de marzo de 2010
Extrañeza
sábado, 13 de marzo de 2010
Alejandra Pizarnik
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.
He de partir
Pero arremete ¡viajera!
domingo, 7 de marzo de 2010
martes, 26 de enero de 2010
martes, 8 de diciembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Qué bizarro!
jueves, 19 de noviembre de 2009
domingo, 15 de noviembre de 2009
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Tristes guerras
jueves, 2 de abril de 2009
No te salves - Mario Benedetti
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti - Poemas de otros (1973-1974)
viernes, 27 de febrero de 2009
Explicación falsa de mis cuentos
He aquí un texto de Felisberto Hernández (Montevideo, 1902 - 1964) en el que intenta dar explicación al proceso creativo de su obra. Leo esto y pienso que este camino que aquí el autor señala para la escritura de cuentos debe andarse igual para la escritura de la propia historia.
"Explicación falsa de mis cuentos"
Obligado o traicionado por mí mismo a decir cómo hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos. No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una teoría de conciencia. Esto me sería extremadamente antipático. Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos no tienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado; no sé cómo hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesías; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda.
sábado, 3 de enero de 2009
Par mil - Divididos
Que hay de esa imagen en mi cielo no creo ser tan importante camino mi propia luz y me siento un haz de luz Claridad de propio ser. Luz, luz, luz del alma soy un hombre que espera el alba. Que hay de esa imágen en mi infierno si ya fui roto a tomar aire caminastes por mis brazas me soñé en la oscuridad me estrellé contra mi. Luz, luz, luz del alma soy un hombre que espera el alba. No confunda che pastor no me interesa tu cielo toda el agua va hacia el mar. Luz, luz, luz del alma soy un hombre que espera el alba. Luz, luz, luz del alba soy un hombre que espera el alma. |
jueves, 11 de diciembre de 2008
sábado, 6 de diciembre de 2008
La vi (caminaba sola), sonreía.
Me acerqué para seguir sus pasos en connivencia con su espalda y su cuello
entre sus rulos había miles de disquisiciones jocosas.
Cuando frenó a la vera de una esquina me puse a su lado
el semáforo hacía tic-tac y en sus ojos una centena de fuelles bombeaban.
Y justo cuando todos retomaban la marcha
estalló en sus virilurrios una carcajada inmensa.
Se retortijó terriblemente allí mismo pero sin perder el alborozo de risa
y calló como un feto en el suelo.
Y mientras yo no atinaba a tocarla para preguntarle si todo estaba en orden
ella se fue calmando hasta casi dormirse sobre la vereda
con una sonrisa en los labios.
Gonzalo Cunqueiro
lunes, 1 de diciembre de 2008
Sobre el azar
"Popper tiene una hermosa expresión, habla de relojes y nubes. La física clásica se interesaba ante todo por los relojes, la física actual más bien por las nubes (...) Podemos admirar la sencillez del movimiento planetario, la precisión asociada a los relojes, pero también podemos reconocer su carácter particular, casi único"
Acaso podamos hablar entonces de leyes precisas sólo de manera acotada, en un universo con pocos relojes y mayormente repleto de nubes. Esto me sugirió una imagen que quisiera comentar.
Se sabe que los griegos antiguos renegaban de los números irracionales, tanto que la Escuela Pitagórica decidió ocultar su existencia cuando fueron descubiertos, y peor aún, el pobre infeliz que traicionó el secreto fue expulsado de la secta y ejecutado. Los números adorados por los pitagóricos eran los naturales (1,2,3,4...), más los negativos (...-4,-3,-2,-1), más las fracciones (es decir, todos los cocientes de las divisiones entre aquellos números), conjunto al que se llama de "números racionales". Los números irracionales, aquellos que cuentan con una parte decimal de infinitas cifras no periódicas (como por ejemplo el número π 3,14159265..., que continúa hasta el infinito sin repetir sus cifras periódicamente) y que no pueden expresarse como cociente de ninguna división, arruinaban para los seguidores de Pitágoras la doctrina del número como ente perfecto que gobernaba el universo. Los griegos no iniciados en este secreto y que, por lo tanto, sólo conocían la existencia de los números racionales, creían entonces que éstos alcanzaban para cubrir todos los puntos de una recta. En otras palabras, pensaban que si representáramos cada número racional con un punto y pusiéramos cada punto uno al lado del otro, se obtendría una recta continua, sin agujeros. Entre el 0 y el 1 una infinidad de fracciones, entre el 1 y el 2 otra infinidad de fracciones, y así, hacia un lado y hacia otro de la recta.
He aquí la recta de los números racionales tal como la concebían los griegos antiguos, que desconocían la existencia de los números irracionales.

Pero eso no es todo, puesto que la moderna teoría de conjuntos del matemático de origen ruso-alemán George Cantor (1845-1918) indica que el conjunto de los números irracionales es mayor que el de los números racionales. Cantor hizo complejísimos estudios sobre el infinito, resultando de su teoría la idea de que existen infinitos más grandes que otros. Si bien tanto el conjunto de números racionales como el conjunto de números irracionales tienen infinitos elementos, el segundo tiene infinitamente más elementos que el primero. Existen más números irracionales que racionales, ¡de modo que la recta de los griegos antiguos tiene más agujeros que puntos!
Resumiendo, allí donde los griegos antiguos creían ver una recta perfectamente continua de racionalidad, había en verdad casi un completo vacío irracional.
Volviendo al problema del caos, el azar, el orden, y la ley en el universo, adviértase que miramos hacia el mundo como si estuviera repleto de ley y necesidad. Invito al lector a que mire a su alrededor e intente detectar agujeros en donde falte la ley y todo suceda de manera caótica. Muy por el contrario, seguramente encontrará que las cosas están en su lugar: las sillas están donde deben estar; no se derriten, no se vuelan, no se desintegran. Las paredes, por su parte, son también totalmente previsibles. Obsérvese el monitor, cuyas leyes de funcionamiento quizá no conozcamos en absoluto. Esto no obsta para que sintamos firmemente que todo en él está en orden. El sentimiento de que nada queda por fuera del gobierno de alguna ley es casi continuo. Casi ninguna porción del mundo aparece como ajena, o por fuera del comercio con el resto de las cosas. Y sin embargo, quizá adolecemos de la misma ilusión que los griegos antiguos respecto de los números irracionales. Quizá el espectáculo del mundo que se nos aparece como continuo, lleno, sin saltos, sin ninguna de sus partes rota, sea en realidad una minúscula miríada de puntos sobre una infinidad de caos. Un leve desfasaje en la pulsación sobre la que percibimos el mundo nos enfrentaría sin velos con el azar, con un océano de acontecimientos sin ley.
Al decir de Lacan, podemos confiar sin embargo que mientras la ley del deseo marche sin problemas, el agujero quedará mayormente velado.
Trazumos
espejos los brazos los muertos las amarras
el olvido su máscara de tapir no vidente
el gusto el gusto el cauce sus engendros el humo
cada dedo
las fluctuantes paredes donde amanece el vino las
raíces la frente todo canto rodado
su corola los muslos los tejidos los vasos el deseo
los zumos que fermenta la espera
las campanas las costas los trasueños los huéspedes
sus panales lo núbil las praderas las crines la lluvia
las pupilas
su fanal el destino
pero la luna intacta es un lago de senos que se
bañan tomados de la mano
Oliverio Girondo
"En la másmedula"
viernes, 14 de noviembre de 2008
I carry your heart with me
i carry your heart with me (i carry it in
my heart) i am never without it (anywhere
i go you go, my dear; and whatever is done
by only me is your doing, my darling)
i fear
no fate (for you are my fate, my sweet) i want
no world (for beautiful you are my world, my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart
i carry your heart (i carry it in my heart)
E. E. Cummings
lunes, 22 de septiembre de 2008
lunes, 15 de septiembre de 2008
lunes, 25 de agosto de 2008
sábado, 5 de julio de 2008
Múltiples cosas deben hacerse para remediar estados no óptimos.
Por ejemplo relamer las alabamas que se quedan pegadas en los juncos
a la vera de los parques.
Lo mejor nunca será martillar caminos huecos bajo techos de llovizna
ni orillar arroyos los días nublados.
Hay que relamer el pasto cual vaca, saborénadose de aromas los ojos
y restregándose colores en las caderas.
Pero si de todas formas asoma una lágrima
¡Ojo!
puede ser el corolario de un río.
Gonzalo Cunqueiro
jueves, 3 de julio de 2008
Debaixo dos caracois dos seus cabelos
Um dia a areia branca Seus pés irão tocar E vai molhar seus cabelos A água azul do mar Janelas e portas vão se abrir Pra ver você chegar E ao se sentir em casa Sorrindo vai chorar Debaixo dos caracóis dos seus cabelos Uma história pra contar De um mundo tão distante Debaixo dos caracóis dos seus cabelos Um soluço e a vontade De ficar mais um instante As luzes e o colorido Que você vê agora Nas ruas por onde anda Na casa onde mora Você olha tudo e nada Lhe faz ficar contente Você só deseja agora Voltar pra sua gente Debaixo dos caracóis dos seus cabelos Uma história pra contar De um mundo tão distante Debaixo dos caracóis dos seus cabelos Um soluço e a vontade De ficar mais um instante Você anda pela tarde E o seu olhar tristonho Deixa sangrar no peito Uma saudade, um sonho Um dia vou ver você Chegando num sorriso Pisando a areia branca Que é seu paraíso | Un día la arena blanca Sus pies irán a tocar Y va a mojar sus cabellos El agua azul del mar Ventanas y puertas se van a abrir Para verte a vos llegar Y al sentirte en casa sonriendo vas a llorar Bajo los caracoles de sus cabellos Una historia para contar De un mundo tan distante Bajo los caracoles de sus cabellos Una solución y las ganas De quedarse un instante más Las luces y el colorido Que vos ves ahora En las calles por donde andas En la casa donde vives Vos mirás todo y nada De eso te va a poner contento Vos sólo deseás ahora Volver para tu gente Bajo los caracoles de sus cabellos Una historia para contar De un mundo tan distante Bajo los caracoles de sus cabellos Una solución y las ganas De quedarse un instante más Vos caminás por la tarde Y tu mirada de tristeza Deja sangrar del pecho Una nostalgia, un sueño Un día voy a verte Llegando en una sonrisa Pisando en la arena blanca Que es tu paraíso |
domingo, 29 de junio de 2008
La vida es una moneda
domingo, 1 de junio de 2008
Capítulo 1 (Espantapájaros)
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exhibición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!”... y a los pocos segundos ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes, la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
Oliverio Girondo.
Capítulo 1 de "Espantapájaros (al alcance de todos)" (1932)
viernes, 22 de febrero de 2008
Rayuela - Capítulo 7
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.
Julio Cortázar