Miraba la luna y pensé algo extraño. Pensé que podía ocurrir en ese mismo momento algo extraordinario, algo así como que surcara el cielo ante mis ojos una pequeña hada de luz que se detuviera y luego se esfumara. Y entonces, imaginaba, yo quedaría ahí asombrado. ¿Pero cuán asombrado? ¿Conmovido? Ciertamente sería algo absolutamente fuera de lo normal, pues hadas de luz no existen sino en cuentos, de manera que esa experiencia debería conmover los fundamentos de mi mundo. ¿Pero realmente lo haría? Acaso el mundo se convertiría en un lugar todavía más extraño. Pero que el mundo es extraño, eso ya lo sé desde hace tiempo. Seguí adelante. Pensé, ¿qué cosa entonces debería pasar aquí y ahora para que mi mundo se viese subvertido, desencajado, cambiado para siempre? Descarté la aparición de todo tipo de seres, objetos, sonidos. Sentí que todo lo que pudiera presentarse a mi percepción me parecería como estando todavía “de este lado”. ¿Qué cosa vendría realmente de un espacio distinto,...
Cuando tengas que elegir entre dos cosas, simplemente tirá una moneda. Funciona no porque resuelva el problema por vos, sino porque en ese breve momento en el que la moneda está en el aire, súbitamente sabés lo que deseás que suceda.
Que hay de esa imagen en mi cielo no creo ser tan importante camino mi propia luz y me siento un haz de luz Claridad de propio ser. Luz, luz, luz del alma soy un hombre que espera el alba. Que hay de esa imágen en mi infierno si ya fui roto a tomar aire caminastes por mis brazas me soñé en la oscuridad me estrellé contra mi. Luz, luz, luz del alma soy un hombre que espera el alba. No confunda che pastor no me interesa tu cielo toda el agua va hacia el mar. Luz, luz, luz del alma soy un hombre que espera el alba. Luz, luz, luz del alba soy un hombre que espera el alma.
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