Dice el inconciente colectivo que es imprescindible atemorizar a los otros, pues si encontrásemos a algún otro sin temores, el temor propio se mostraría absurdo. Dice que tenemos que convencer a los otros de que temer es un gesto de la razón, pues si alguien no piensa de ese modo puede animarse a desafiar los temores y entonces dejar al descubierto la cobardía de todos. Por eso estamos tan inconcientemente movidos a atemorizar a los otros... Tal vez los alentemos con las palabras más sentidas, pero por todos lados se nos escapa el... ¡Tené cuidado!
¿Es cierto esto?
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