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Mostrando entradas de diciembre, 2012
Miraba la luna y pensé algo extraño. Pensé que podía ocurrir en ese mismo momento algo extraordinario, algo así como que surcara el cielo ante mis ojos una pequeña hada de luz que se detuviera y luego se esfumara. Y entonces, imaginaba, yo quedaría ahí asombrado. ¿Pero cuán asombrado? ¿Conmovido? Ciertamente sería algo absolutamente fuera de lo normal, pues hadas de luz no existen sino en cuentos, de manera que esa experiencia debería conmover los fundamentos de mi mundo. ¿Pero realmente lo haría? Acaso el mundo se convertiría en un lugar todavía más extraño. Pero que el mundo es extraño, eso ya lo sé desde hace tiempo. Seguí adelante. Pensé, ¿qué cosa entonces debería pasar aquí y ahora para que mi mundo se viese subvertido, desencajado, cambiado para siempre? Descarté la aparición de todo tipo de seres, objetos, sonidos. Sentí que todo lo que pudiera presentarse a mi percepción me parecería como estando todavía “de este lado”. ¿Qué cosa vendría realmente de un espacio distinto,